domingo, 20 de mayo de 2012

La tieta




se murió
así de simple
así de radical 
apagó su tanque de oxigeno
se levantó al baño para orinar
repasó las pequeñas obsesiones en su vida
¿que fue lo que hizo de comer? 
¿fue arroz o carne con cebollitas en su jugo?

¡José se está tirando el agua! dijo
al hablar de la muerte ella se hace escurridiza 
cada hijo tiene su propia madre
aunque aparentemente sea la misma.
los vivos quedaremos dilucidando misterios 
¿lo del agua fue para quedarse sola unos instantes?
¿y así poder morir? 
las presencias anclan a la vida, dicen
¿realmente escuchó agua fluir? 
¿era la muerte?
¿sus recuerdos en cascada?
¿vio a su niño muerto? 
¿vio llover en la calle de la paloma?
¿era el agua de los lavaderos?
¿era el sonido de las olas del mar 
desde el barco a Veracruz?
o su madre a la orilla del puerto
los fantasmas
los despojos
y toda la obscuridad
atras en el horizonte
aquí se embriagó
con las frutas coloridas del mercado de San Juan  
todo era abundante
los mangos de manila
las setas del bosque
después a la plancha con ajo y perejil
el sol y los niños
los canelones del Domingo
su guapo marido
silencioso y futbolero,
y el otro José, el pequeño, sobre su pecho
mirando
esperando su momento 
las catalanas nunca se quejan
curtida raza no la verás llorar
nada dijo nada pidió
dejó cena para dos días 
ellos estaban trabajando ellos estaban durmiendo
ellos estaban soñando

nada dijo
pero su espalda gemía
dicen que fue por dormir a los pies de la cama
dicen que fue por estar horas haciendo zapatos
a la espalda van los muertos a la espalda

quiso prescindir de
enfermeras morfinas pañales somníferos
agonías llantos sondas hospitales
cuentas pendientes silencios irredimibles culpas 
por fin tomó lo que dio
el derecho de partir
sin apegos sin deudas
soltar abandonar morir
se desvaneció muy lentamente
en un hálito sereno
un suspiro eterno  y final
como el mar acariciando 
subió a bordo
como a aquel otro barco a Veracruz
y escuchó el sonido de las olas
y se fue
adiós adiós adiós adiós adiós,